Cómo aportar responsabilidad a la cadena de valor
El hecho de que las empresas compradoras hayan creado un código de conducta, ha supuesto que los proveedores se amolden a estas condiciones. Los códigos pueden variar entre empresas, lo que crea cierta confusión entre los proveedores que no pueden concentrarse en desarrollar políticas sostenibles y tienen que ir aprobando exámenes de sus diferentes clientes.
Esta política, puede tener conflictos con la cultura o legislación local. Diferentes culturas en diferentes regiones, pueden entrar en conflicto con políticas diseñadas a nivel global.
Algunos puntos a tener en cuenta para poner en marcha un plan de normalización y adecuación de la cadena de valor a los objetivos de la RSC en la empresa, son:
Gestión global, aproximación local
En países como China, el gobierno suele ser la figura dominante en todos los aspectos del país. La RSC se suele contemplar como un compromiso con la sociedad y la comunidad, teniendo la proximidad como el aspecto más importante.
El medio ambiente por ejemplo, es un aspecto que no está entre las prioridades de la sociedad y por tanto se suele considerar suficiente cumplir con la legislación.
En el caso de Brasil si existen una consciencia más elaborada sobre el medio ambiente y una comprensión de la necesidad de ayudar a la sociedad. Sin embargo, aspectos como la corrupción, o el trabajo infantil, son una parte importante de la sociedad y como tal no están considerados como temas a corregir.
En Asia, un aspecto importante es la duración de la jornada laboral. Los trabajadores prefieren trabajar más horas para ganar más dinero a pesar de extender la jornada por encima de las 8 horas. Igualmente este aspecto puede chocar frontalmente con códigos de conducta impuestos desde una visión global.
Los auditores pueden ser locales o globales, ofreciendo diferentes formas de valorar a los proveedores. Por tanto, es poco común que la información se comparta de forma transversal entre los diferentes departamentos de la empresa.
Capacidad de influir
A todos estos elementos le tenemos que añadir la capacidad real de influir en el proveedor. Sólo cuando el tamaño entre el cliente y el proveedor es muy desproporcionado, se puede dar lugar a esta obligatoriedad del cumplimiento. En caso de que el cliente sea más pequeño que el proveedor, no se da esta práctica.
¿Cómo aplicarlo?
Lo primero que hay que hacer es una revisión de la cadena de valor, así se podrán detectar los puntos más relevantes y los objetivos de mejora.
Identificar proveedores
Una vez definida la lista, debemos analizar quienes son los proveedores y hacer una valoración de los mismos. Cuando los tengamos definidos, la idea es identificar sobre cuales se puede hacer una influencia mayor para evitar realizar un sistema de normalización muy extenso.
Diálogo y coordinación
Es necesario que dentro de la creación de la normativa, empresas del mismo sector o región se coordinen para que los proveedores afectados puedan tener un marco común de trabajo. Por otro lado, será necesario que dentro de la creación de esta normativa participen los proveedores aportando ideas y posibles soluciones para que la adecuación al entorno legal sea el adecuado.
Herramientas y formación
Por último, las empresas deben contar con herramientas para el seguimiento de la evolución del proveedor. Es bueno crear premios y reconocimientos internos a los mejores proveedores para recompensar el esfuerzo. También el hecho de enfocar las auditorías en resultados medibles y sobre todo en recomendaciones claras y proactivas para mejorar y potenciar a los proveedores.