Discapacidad, etnia, orientación sexual y exclusión social
La Gestión de la Diversidad efectiva y las políticas no discriminatorias permiten a las empresas aprovechar al máximo sus recursos humanos, basándose en las competencias, conocimientos, experiencias y habilidades de todas las personas de su plantilla. Esta gestión tiene un impacto beneficioso en las empresas de un modo rápido y sostenible para la retención del talento, la creatividad, la resolución de problemas, el compromiso con y la captación de nuevos clientes, la entrada en nuevos mercados y la protección de potenciales riesgo. Por ello, es normal que forme parte de la agenda estratégica del mundo empresarial.
Desde el “Grupo de Trabajo sobre la Gestión de la Diversidad en las empresas” entendemos esta gestión como un enfoque estratégico de suma importancia para la gestión ética de personas en las empresas y organizaciones. Su punto de origen es la aplicación del principio de igualdad de oportunidades y la inclusión social, pero no se queda ahí, sino que “pone en valor la diferencia” y para ello, propone un conjunto de herramientas que permiten reconocer y potenciar las particularidades de cada persona con el fin de promover la innovación, sostenibilidad, productividad y la cohesión social en el seno de estas instituciones.
Así, también es imprescindible fomentar medidas que prevengan, eviten y desvelen prácticas individuales o colectivas que tengan por efecto el menoscabo de los derechos de cualquier persona, ya sea de forma directa o indirecta. Apostamos por la adopción de medidas positivas que permitan la incorporación de trabajadores y trabajadoras con diferentes características en las plantillas de las empresas.
Por otra parte, entendemos que para tener una plantilla diversa y hacer una buena gestión de la diversidad, entre otros, es necesario conocer a las personas, también, por razón de su raza, origen étnico, orientación sexual, género, edad, discapacidad u otros aspectos de salud, religión. También es necesario elegir cómo gestionarla según el momento de la empresa y su grado de madurez, detectar estereotipos y su impacto en nuestra organización, además de promocionar y dar a conocer las mejores prácticas que ayuden a las empresas a conseguir los mejores resultados.
Del “Grupo de Trabajo sobre la Gestión de la Diversidad en las empresas” formamos parte entidades que, aunque individualmente abordamos de forma especializada la diversidad en un ámbito concreto, nos hemos unido para defender y para promover que ésta sea entendida en su sentido más amplio. Por ello, defendemos que para que las empresas puedan desarrollar una verdadera cultura de gestión de la diversidad, éstas deben promover el respeto a cualquier tipo de diversidad, más que centrarse en un tipo específico de diversidad. Para ello, ofrecemos nuestro apoyo a las empresas a la hora de construir y orientar sus estrategias de gestión de la diversidad.
3. Discapacidad y otras cuestiones de salud.
PERSONAS CON DISCAPACIDAD – Fundación Prevent.
La primera dificultad que nos encontramos es que las personas con discapacidad no tienen acceso a todas
las ofertas de trabajo acordes con su perfil. Las empresas seleccionan o criban las vacantes que creen que pueden ocupar o desempeñar las personas con discapacidad. Es decir, nos encontramos con prácticas discriminatorias en los procesos de selección no basadas en las competencias, capacidades y requerimientos de las descripciones puestos de trabajo. Estas prácticas también se reflejan durante los mismos procesos de selección. La empresa confunde igualdad con equidad. Así mismo, nuestro colectivo tiene, fuertemente atribuidos, una serie de obstáculos e impedimentos per se.
Detrás, subyace un gran desconocimiento de las potencialidades de las personas con discapacidad, falta de interés en abordar este tema (fundamentalmente suscitado por requerimientos de Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social- antes LISMI) y miedo al cambio por incluirlas en las empresas.
PERSONAS CON VIH – Federación Trabajando en Positivo.
Las personas con VIH cuentan con un nivel de desempleo que duplica el de la sociedad general (entre el 53,7% y el 55%), a pesar de que el 75% se encontraría en edad y disposición de trabajar. Este nivel de desempleo no se puede vincular con la falta de capacidad física de las personas con VIH para trabajar ni tampoco con el riesgo de transmisión que supone la persona trabajadora con VIH para sus compañeros/as de trabajo, sino que es consecuencia del clima de rechazo y discriminación que existe en el mercado laboral hacia las personas con VIH.
La gestión de la diversidad en relación a las personas con VIH debe ir dirigida a finalizar con este clima de discriminación, pudiendo suponer además una de las acciones más efectivas para dar respuesta al VIH y al sida en nuestro país.
Para ello, se tendrían que eliminar algunas de las siguientes situaciones que pueden ser consideradas discriminatorias hacia las personas con VIH y que se producen en la actualidad: a) realizar el test del VIH durante cualquier examen de salud promovido por la empresa; b) solicitar a la persona con VIH que notifique su diagnóstico al área de Recursos Humanos o cualquier otro área de la empresa; c) violar la confidencialidad al compartir el diagnóstico con otras personas de la compañía; d) no otorgar los mismos beneficios que al resto de las personas trabajadoras, generar distinción en las tareas a realizar, en el pago o en otros aspectos de la vida laboral u ofrecer menos oportunidades de promoción o salario; e) marginar a la persona con VIH o usar la información personal con el fin de degradarla, así como no prevenir o sancionar este abuso.
PERSONAS EX ADICTAS A SUSTANCIAS TÓXICAS - Fundación ATENEA.
La superación de una adicción a sustancias tóxicas (alcohol, cocaína, cánnabis) es un proceso que supone tanto esfuerzo y determinación por parte de la persona que lo vivencia que la convierte en una persona con gran capacidad para el afrontamiento de situaciones adversas, la automejora, la confianza en sí mismo/a y el trabajo continuo.
Las investigaciones realizadas por Fundación Atenea han demostrado que los/as empleadores/as de personas ex adictas a sustancias tóxicas destacaban en ellas su vinculación con el empleo, alto sentido de la responsabilidad y del trabajo en equipo y capacidad para mejorar sus entornos sobre la base de su propia experiencia.
Mientras, como afirma la OIT, existe un vínculo comprobado entre la incapacidad de encontrar empleo y la sensación de inutilidad y el aumento de riesgos sociales. La posibilidad de acceder a un empleo cuando has sufrido una circunstancia lesiva para tu desarrollo y salud como es la adicción a drogas está ligada a una mayor motivación hacia el cumplimiento de objetivos, autorrealización y compromiso.