La adopción y el uso de la IA siguen creciendo y generando beneficios para las empresas. A medida que se generaliza su uso, las herramientas y las mejores prácticas para maximizar su rendimiento se van volviendo más sofisticadas. Las empresas líderes en su adopción consiguen una mayor eficiencia en la inversión y aprovechan mejor las sinergias con tecnologías como el cloud computing. Además, son más propensas que otras organizaciones a desarrollar una serie de prácticas y metodologías para reducir los riesgos asociados a la IA, como los que tienen que ver con las implicaciones éticas, que en muchas empresas se siguen abordando de forma deficiente.