Recientemente, en DKV Seguros celebramos un cumpleaños muy especial: el décimo aniversario de nuestra Fundación DKV Integralia, que nació para dar una oportunidad laboral a personas con discapacidad física y, de esa forma, darles su lugar en la sociedad.
Un proyecto que comenzó con nueve trabajadores y que, una década después, emplea en diferentes centros de toda España a 215 personas con discapacidades físicas graves como lesiones medulares, paraplejias o tetraplejias, y otras padecen enfermedades degenerativas, tipo esclerosis múltiple o diabetes crónica.
El éxito ha sido tan sorprendente que ya estamos planeando extenderlo a otras regiones españolas e, incluso, a países en vías de desarrollo, donde las personas con discapacidad cuentan con menores oportunidades aún.
También es cierto que a las empresas nos importan los resultados. Nos importa saber que para el 42 % de los trabajadores de la Fundación ésta es su primera oportunidad laboral o el primer trabajo que consiguen después de sufrir la lesión; que su labor registra un nivel de efectividad del 90% y sus clientes se sienten satisfechos del servicio reciben; y que, gracias a esta entidad, DKV Seguros es la empresa con mayor cuota de personas con discapacidad en plantilla (cerca del 22 %).
Pero hay muchas otras verdades que a veces no resultan tan obvias. Los datos no cuentan el impacto en la vida de las personas que trabajan en Integralia: como han podido retomar sus vidas, sintiéndose de nuevo parte activa de la sociedad gracias al trabajo; como han mejorado su salud y su calidad de vida. En definitiva, cómo han podido integrarse socialmente a través del trabajo. Eso son un montón de historias personales que no pueden resumirse en unas pocas líneas, como no puede resumirse el orgullo de todos los que trabajamos en DKV Seguros de pertenecer a una empresa con un proyecto como Integralia.
Miguel García Lamigueiro es director de Comunicación y Responsabilidad Empresarial de DKV Seguros.