Reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable y a servicios básicos de saneamiento para el año 2015 figura entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fijados en el año 2000 por los miembros de Naciones Unidas, propósitos que inspiran el objetivo fundamental de Enfermeras Para el Mundo (EPM): contribuir al desarrollo humano desde el mundo de la salud. Aunque los últimos datos dicen que esa meta en cuanto al acceso al agua potable ya se ha logrado, según el informe publicado el pasado 5 de marzo por UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchas de las mejoras se han producido en zonas urbanas, olvidando las rurales.
En lo que respecta al saneamiento, este hito está lejos de alcanzarse. De hecho, el documento -“Progress on Drinking Water and Sanitation 2012” (Progreso sobre el agua potable y saneamiento 2012)- destaca que “en las zonas rurales de los países menos adelantados, 97 de cada 100 personas no tienen agua entubada y el 14 por ciento de la población bebe agua de ríos, estanques o lagos”, según recoge UNICEF.
No en vano, con motivo de la publicación del citado informe, la Directora General de la OMS, Margaret Chan, declaró que “el agua, el saneamiento y la higiene mejorados son la clave para impulsar la salud y el desarrollo humanos”. Y añadió: “hoy en día, incluso a pesar de este interesante progreso, casi el 10 por ciento de todas las enfermedades siguen vinculadas a la mala calidad del agua, del saneamiento y de la higiene”.
Además, Naciones Unidas ya advirtió en su momento de que, aún logrando ambas metas, “seguiría habiendo 1.700 millones de personas sin acceso a saneamiento básico”, cifra que aumentaría de cumplirse las expectativas demográficas de aumento de la población.
Por ello, con motivo de la celebración del Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua 2013, es importante dar a conocer la situación de comunidades, como la de Puerto Ruso, en el municipio de Ixiamas, Departamento de La Paz, Bolivia, en el que sólo el 38 por ciento de la población tiene acceso al agua potable.
Enfermeras Para el Mundo intenta contribuir a cambiar esta realidad en la Amazonia boliviana desarrollando actuaciones encaminadas a erradicar el consumo de agua contaminada por la comunidad indígena Chimán de Puerto Ruso (Bolivia). Este asentamiento se fundó hace más de ocho años cuando la comunidad abandonó su vida nómada para ubicarse a orillas del río Undumo. Actualmente cuenta, como fuentes de agua, con el río, que tiene una alta contaminación orgánica, sobre todo en la temporada seca, y con agua de lluvia, que se recoge con plásticos de las canaletas del tejado de zinc de la escuela.
Los objetivos de las acciones que se llevan a cabo en el municipio son, fundamentalmente, dotarlo de un sistema de agua apta para el consumo humano y disminuir la prevalencia de enfermedades de transmisión hídrica, principales causantes de las enfermedades diarreicas agudas.
En esta línea, el proyecto "Ixiamas Sana e Intercultural: Mejora del acceso al agua potable en la comunidad indígena chiman del Poblado de Puerto Ruso", en el que trabaja Enfermeras Para el Mundo junto al socio local PROINEXA, cofinanciado por la Diputación de Toledo, ha construido cuatro pozos en lugares estratégicos de dicha comunidad indígena aprovechando la cercanía a los hogares. Tres de los pozos beneficiarán a pequeños barrios en los que viven entre 15 y 30 familias aproximadamente, y el cuarto pozo, construido en la misma escuela de la comunidad, estará provisto de una pequeña bomba impulsada con energía solar. También se está formando a la población en buenas prácticas del uso del agua, con el objeto de disminuir la prevalencia de enfermedades relacionadas con las malas condiciones del agua.
Además de las 200 familias que se beneficiarán directamente del proyecto, más de cinco mil ochocientas personas lo harán de forma indirecta a través de la información de los programas radiales.
El papel de las contrapartes locales es fundamental, ya que sin ellas sería muy difícil lograr los objetivos previstos. En Bolivia, donde Enfermeras Para el Mundo trabaja desde el año 2005, los socios locales son sobre todo organizaciones sociales públicas y privadas sin ánimo de lucro, pero también se trabaja con gobiernos locales. Todos ellos tienen en común una gran experiencia en desarrollo comunitario, sobretodo en ámbitos como la gestión pública, la participación social en salud, sin desatender otros sectores productivos, agropecuarios y de comunicación.
Enfermeras Para el Mundo trabaja en este país de América Latina con el propósito de contribuir a una sociedad boliviana más justa donde se ejerzan los derechos económicos, sociales y culturales. Sus líneas de actuación se pueden resumir en tres: fortalecimiento del sistema público de salud, refuerzo de las capacidades del personal sanitario profesional y desarrollo integral en zonas rurales con soberanía alimentaria.