Comunicación interna y RSE. La experiencia de Ebro Foods
En Ebro, dado que somos una empresa en constante movimiento y que nos hemos conformado mayoritariamente a base de crecimiento inorgánico, la comunicación interna es una herramienta clave para la creación de una cultura corporativa y para que los profesionales conozcan la misión, valores, objetivos y planes de la propia empresa y estén al tanto de todo lo que sucede.
La comunicación interna también asume un papel muy relevante en la estrategia de RSE, en especial en la extensión y difusión de ésta a todas las áreas de la compañía. La RSE es un área de trabajo en el que confluye de modo transversal el trabajo desempeñado por la totalidad de los departamentos de la compañía. En la medida en que los profesionales conocen la estrategia, los objetivos y el trabajo que está llevando a cabo la empresa en materia de Responsabilidad Social, pueden identificar qué aspectos de su trabajo están impactando directamente en la consecución de esos objetivos e identificar oportunidades de mejora. Esto permite a la compañía tener un mejor desempeño en esta materia e innovar sobre planes preexistentes, al establecerse un espacio de colaboración entre los profesionales. El empleado se siente parte importante del rol que juega la empresa en la sociedad y de sus valores organizacionales; se crea engagement y compromiso, lo que se traduce en competitividad.
Ese retorno llega a la Alta Dirección que ve como la RSE es un factor importante de negocio. Los trabajadores se convierten también en los mejores embajadores de la empresa a la hora de comunicar y respaldar las acciones de RSE, lo que redunda en un aumento de la reputación de la misma.
El siguiente paso en el desarrollo de la comunicación interna como palanca de la RSE debe acometerse diseñando un plan específico de comunicación interna para los asuntos de RSE. Este plan hay que realizarlo en colaboración con los responsables de Sostenibilidad de la empresa, con el objetivo de:
- Conocer cuáles son los objetivos de RSE trazados por la compañía y los plazos de tiempo estipulados para la consecución de los mismos.
- Identificar en cuáles de ellos pueden contribuir de modo activo los profesionales de la compañía.
- Seleccionar, en función de la complejidad, un número determinado de ellos a los que se pueda dar impulso desde el Departamento de Comunicación. Aquí hay que buscar el equilibrio, no trazarnos un número ambicioso pues eso puede acabar desmotivando al empleado.
- Diseñar la estrategia para cada objetivo (enfoque de contenidos, herramientas, calendario…) identificando el impacto cuantitativo que se pretende alcanzar en cada uno de ellos.
- Todo ello debería de ir acompañado previamente de una comunicación dirigida a la sensibilización y concienciación del empleado de cara a su posterior involucración.
Y una vez diseñado el plan aun tendríamos 4 retos que asumir para garantizar su éxito:
- Involucrar al empleado, hacerle ver que la RSE implica el comportamiento ético y responsable de todos los que forman parte de la organización con la sociedad, que no es responsabilidad de un departamento concreto o únicamente de la empresa sino que cada uno con nuestras actuaciones a nivel individual desempeñamos un papel importante en la consecución de los objetivos trazados por la empresa.
- Eliminar la percepción de estrategia de marketing o de actuaciones innecesarias que pueden tener una parte de los empleados sobre las acciones de RSE.
- Demostrar la coherencia de las áreas de actuación propuestas, por qué se trabaja en esas y no en otras que a lo mejor para el empleado serían las más adecuadas.
- Generar mecanismos de participación activa.